LIMPIEZA CON LUPA
No podemos negarlo, todos lo hacemos, llegamos a una vivienda de vacaciones donde tenemos que pasar una o varias noches y nos dedicamos a inspeccionar con lupa la limpieza de la vivienda turística aunque sea de forma literal (o no) cada rincón.
Todo es importante y susceptible de ser examinado por el ojo de cualquier huésped por muy poco exigente que sea éste. Pero hay unos puntos que como propietario de un apartamento turístico no puedes dejar de revisar la limpieza las veces que sea necesario antes de que lleguen tus huéspedes:
– Olor: la primera impresión es la que cuenta. Abren la puerta con la incertidumbre de lo que se van a encontrar y si lo primero que perciben antes de ni siquiera encender las luces es un olor poco agradable, ya empezamos muy mal. El olor a cerrado, humedad o similar echa para atrás a cualquiera y puede dar la impresión que falta limpieza en la vivienda turística. Podemos evitarlo ventilando habitualmente el apartamento, dejando si es posible alguna ventana semiabierta o colocando varios ambientadores en los enchufes (son los más eficaces ya que siempre están perfumando).
– Sábanas, almohadas, mantas y colchón: no falla, el 99,99% de los humanos lo analiza al milímetro. Ni pelos, ni manchas, ni nada similar. Si hay que ser extremadamente impecable en algún sitio sin duda es en éstos.
– Frigorífico : no podemos olvidar limpiarlo bien por dentro, que nadie encuentre ningún resto de suciedad o comida anterior. Tampoco malos olores.
– Alfombras: tener que pisar (muchas veces descalzo/a) en una alfombra que a simple vista no parece limpia es algo que desagrada a todo el mundo. Y ya no hablamos de lo que puede suponer la falta de limpieza exhaustiva en alfombras y moquetas para los alérgicos. Casi lo mejor es no tenerlas.
– Toallas: si ofrecemos toallas a nuestros huéspedes deben estar en perfecto estado, pero no sólo de limpieza. Deben parecer “nuevas”, no vale poner toallas tremendamente viejas y desgastadas que han sido usadas y lavadas millones de veces. La textura suave y el buen olor es un plus que agradecerán.
– Bañera o ducha: que brillen, prohibidos los restos de jabón o los temidos pelos. Lo mismo en la mampara, cortina o alfombrilla de baño (ésta última mejor evitarla, es un foco de gérmenes inevitable).
– Inodoro y bidé: aquí al igual que ocurría con la ropa de cama debemos ser muy exigentes con su aspecto. En el caso del WC es conveniente dejarlo siempre con limpiador para que al menos en el primer uso el huésped lo encuentre con buen olor.
– Escobilla del WC: este elemento merecería su propio espacio. Si decidimos ponerla, mejor que sea desechable o la cambiemos tras cada huésped. Una escobilla sucia, tira por tierra todo el trabajo de limpieza que hemos descrito hasta ahora.
– Cubiertos, vasos, platos y resto de menaje de cocina: debemos asegurarnos que los anteriores huéspedes lo han dejado limpio, a veces lo guardan pero no se ha limpiado exhaustivamente, así que toca revisar todo y si es necesario volver a fregarlo.
– Mando de televisión: pocas veces se limpia y es donde más gérmenes se acumulan, podemos cubrirlo con un plástico y así se ensuciará menos. Así será suficiente con cambiar la funda por otra cuando sea necesario.
– Pomos de la puerta e interruptores de la luz: pasan desapercibidos en el momento de la limpieza pero todos nos fijamos en ellos a la hora de tener que tocarlos. Ojo con ellos porque suelen quedarse las marcas de haberlos tocado con las manos sucias. Y a nadie le gusta tocar eso.
– Cojín/es del sofá: nuestros huéspedes están de vacaciones, pasarán muchas horas tumbados en el sofá seguro. Tenemos que estar seguros no sólo de que el sofá esté limpio, sino también de los cojines que solemos poner en él. Apoyar la cabeza en un lugar sucio o con mal olor fastidia cualquier siesta. ¡Imperdonable en vacaciones!
1 Comentario
Siempre es bueno recordar donde limpiar. Para que cuando alguien vaya a un sitio esté todo en condiciones.
Un saludo.